Julio Berbela y María del Mar Borrego-Marínb
a Universidad de Córdoba y Grupo WEARE (Córdoba, berbel@uco.es).
b Universidad de Sevilla y Grupo WEARE (Sevilla, mbmarin@us.es).
La bioeconomía circular (BEC) integra los conceptos de bioeconomía y economía circular con la vocación de representar un modelo económico sostenible económica, social y ambientalmente (Carus & Dammer, 2018; Kardung et al., 2021). La bioeconomía engloba al conjunto de todas las actividades económicas relacionadas con la producción, transformación y utilización, directa o indirecta, de recursos de origen biológico con el fin de producir y transformar biomasa para el suministro de alimentos, piensos, materiales, energía y servicios relacionados con los ciudadanos (EC, 2018). La economía circular es un modelo de producción, distribución y consumo en el que el valor de los productos, materiales y demás recursos permanece el mayor tiempo posible (p. ej., reciclando, reparando, etc.), potenciando su uso sostenible y eficiente y reduciendo al mínimo la generación de residuos (EC, 2015; Kirchherr et al., 2017; Ghosh, 2020). La BEC envuelve, por tanto, elementos comunes a ambos conceptos, como son la mejora del uso de los recursos y la ecoeficiencia, la reducción de la huella de carbono, la reducción de la demanda de carbono fósil, y la valorización de los residuos (Carus & Dammer, 2018). La Figura 1 ilustra el ámbito de estudio de la BEC.
Figura 1. Ámbito de la Bioeconomía Circular (BEC).
La BEC implica a múltiples sectores económicos ya existentes, tales como: agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y acuicultura (dentro del sector primario); industria alimentaria, textil, papelera, química, farmacéutica y cosmética, biotecnológica y energética, entre otras (dentro del sector industrial); así como el sector de servicios asociados (consultoría, logística, etc.). Por lo tanto, al hablar de sector de la BEC, se consideran aquellas actividades económicas con base biológica que a su vez aplican los principios de la circularidad en sus procesos productivos de forma consecuente.
En la última década, la BEC está apareciendo en la agenda política cada vez con más intensidad, tanto a nivel internacional (OECD, 2018) y comunitario (EC, 2018), como a nivel nacional (MITECO, 2020) y autonómico (CAPDR, 2018). Las recientes iniciativas como el Pacto Verde Europeo (EC, 2019) confirman el papel que se espera de la BEC en la Unión Europea del futuro, así como en cada una de sus regiones. Según los datos del Joint Research Center, el sector de la bioeconomía generaba en España en 2017 un volumen de negocio de 219.366 millones de euros (9% del total de la UE-28), 65.132 millones de euros de valor añadido (10% del total de la UE-28) y 1,42 millones de empleos (8% del total de la UE-28).
A nivel autonómico, diversas CC.AA. tienen o están trabajando en algún tipo de planificación en materia de bioeconomía a través de iniciativas específicas, mientras que otras lo abordan dentro del marco de la economía circular o a través de otro tipo de normativa. En el caso particular de Andalucía, señalar la Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular (EABC), alineada con el desarrollo legislativo y reglamentario de la futura Ley de Economía Circular de Andalucía (LECA), norma que actualmente está en su fase final de elaboración una vez concluido el periodo de exposición pública en diciembre de 2020.
Recientes estudios realizados por el grupo de investigación WEARE, adscrito a la Universidad de Córdoba, señalan que la BEC andaluza se encuentra en una fase inicial de su desarrollo en la mayoría de los sectores de actividad, pero progresa adecuadamente. Se especializa sobre todo en aprovechar la biomasa local existente, como demuestra la alta presencia de empresas vinculadas a la biomasa generada por el olivar y la hortofruticultura, lo que justifica a su vez que estos subproductos se gestionen localmente, normalmente mediante procesos de BEC tradicionales (compostaje y valorización energética). La mayoría de las iniciativas son posibles por la integración vertical de la empresa, el tamaño y su competitividad en su actividad principal. La idea en todos los casos de este sector es conseguir el ‘residuo cero’ y la generación de valor a partir de la biomasa residual.
Aún así, también existen iniciativas empresariales andaluzas emergentes con productos de mayor valor añadido (escualeno), o simplemente building-blocks (ácido oleico), bioestimulantes, microalgas, alimentación funcional (tanto animal como humana) y otros productos; son empresas con un crecimiento importante, denominadas ‘gacelas’. Además, también son destacables las iniciativas vinculadas a la reutilización del agua y la conversión de las EDAR en ‘biofactorías’, muestra de la competitividad del sector del agua en Andalucía, derivado de la escasez del recurso y su alto valor.
No obstante, también cabe destacar que están ausentes empresas del tipo ‘biorrefinerías’. En la UE se estima en 800 el número de biorrefinerías con distintos niveles de madurez (comercial, demostración, piloto, I+D), pero la mayoría se localizan en la proximidad de los grandes puertos de aprovisionamiento de materias primas (commodities). Es por tanto natural que Andalucía, por su naturaleza periférica y lejanía a estos puertos (p. ej., Rotterdam, Hamburgo) se haya centrado en aprovechar su propia biomasa. No obstante, el modelo de ‘biorrefinería’ y la obtención de mayores compuestos de distinto grado de valor a través de enfoques productivos en cascada, es una asignatura pendiente de la BEC andaluza.
Se puede concluir por tanto que este “nuevo” sector se encuentra en una fase incipiente de desarrollo en Andalucía, en la medida en que está fuertemente sustentado en el conocimiento y la innovación (con lo que ello conlleva en forma de plazos dilatados para el desarrollo y la comercialización de productos). Además, su expansión es deseable para el conjunto de la sociedad, no solo por la generación de riqueza y empleo asociada a este sector, sino también por los beneficios que genera en forma de externalidades positivas (lucha frente al cambio climático, conservación de recursos naturales, etc.) y minimización de las externalidades negativas (p. ej., asociadas a la generación de residuos). Por ello, el apoyo público para promover el desarrollo del sector de la BEC está justificado tanto desde una perspectiva económica, como medioambiental y social, en la medida en que tal desarrollo derivará en una mejora del bienestar del conjunto de la ciudadanía.
Julio Berbela
Bibliografía
CAPDR (Consejería de Agricultura, P.y.D.R. (2018). Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular. Sevilla: Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Junta de Andalucía.
Carus, M. & Dammer, L. (2018). The “circular bioeconomy” – Concepts, opportunities and limitations. Hürth (DE): nova-Institut.
EC (European Commission). (2015). Closing the loop – An EU action plan for the circular economy. COM(2015) 614 final. Brussels: European Commission.
EC (European Commission). (2018). A sustainable Bioeconomy for Europe: Strengthening the connection between economy, society and the environment. COM(2018) 673 final. Brussels: European Commission.
EC (European Commission). (2019). The European Green Deal. COM(2019) 640 final. Brussels: European Commission.
Ghosh, S.K. (Ed.) (2020). Circular Economy: Global Perspective. Singapore: Springer Nature. http://dx.doi.org/10.1007/978-981-15-1052-6.
Kardung, M., Cingiz, K., Costenoble, O., Delahaye, R., Heijman, W., Lovrić, M., van Leeuwen, M., M’Barek, R., van Meijl, H., Piotrowski, S., Ronzon, T., Sauer, J., Verhoog, D., Verkerk, P.J., Vrachioli, M., Wesseler, J.H.H. & Zhu, B.X. (2021). “Development of the circular bioeconomy: drivers and indicators”. Sustainability, 13(1), 413. http://dx.doi.org/10.3390/su13010413.
Kirchherr, J., Reike, D. & Hekkert, M. (2017). “Conceptualizing the circular economy: An analysis of 114 definitions”. Resources, Conservation and Recycling, 127, 221-232. http://dx.doi.org/10.1016/j.resconrec.2017.09.005.
MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico). (2020). España Circular 2030. Estrategia Española de Economía Circular. Madrid: MITECO.
OECD (Organization for Economic Cooperation and Development). (2018). Meeting Policy Challenges for a Sustainable Bioeconomy. Paris: OECD Publishing. http://dx.doi.org/10.1787/9789264292345-en.