Ángel Fernández Homar
Presidente del Patronato de la Fundación para la Economía Circular
Pocos niegan que es necesario un cambio de modelo económico que optimice el uso de los escasos recursos que tenemos, minimizando los efectos adversos del actual modelo lineal, desde el cambio climático a la pérdida de biodiversidad entre otros. Dicho cambio de modelo implica la puesta en marcha de los objetivos de desarrollo sostenible de naciones unidas, tanto en el ámbito económico como social, que incidan en el desarrollo armónico de todos los habitantes de la tierra y aminoren las grandes diferencias de calidad de vida y justicia que aún existen. Sin olvidar, por supuesto, los objetivos ambientales.
Previo al cambio, será fundamental un minucioso estudio de todo el ciclo de vida de los productos y servicios que además tienen relación directa con la preparación de nuestros profesionales. Para ello, es fundamental que los planes de estudio en las universidades y escuelas de formación profesional incluyan criterios de ecodiseño, reutilización, remanufactura, actualización o simbiosis industrial, entre otros.
Estamos en un país en el que predominan las pequeñas y medianas empresas, representado más del 90% del total, con un aporte de más del 62% al valor añadido bruto y más del 66% del empleo nacional, por lo que no es posible cumplir con los objetivos marcados desde todas las instituciones sin tener en cuenta esa circunstancia. Y es ahí donde tenemos uno de los grandes retos a abordar, puesto que es el foco en el que tenemos que trabajar más intensamente.
En estos sectores, en general, existe un gran desconocimiento del modelo y una falta de capacidad para aplicarlo sin una ayudad decidida de todas las instituciones, públicas y privadas. Con este fin es fundamental que las entidades financieras y las aseguradoras se impliquen activamente en apoyar los proyectos circulares viables. Pretender conseguir el cambio sin una financiación adaptada a esas nuevas reglas es inviable. Teniendo presente la premisa de que el desarrollo de la circularidad sólo será posible si la rentabilidad queda garantizada. Esa garantía deberá basarse en la ortodoxia de los planes de negocio correspondientes y de una apuesta decidida del desarrollo de una fiscalidad incentivadora entre otros instrumentos.
La circularidad en España está por debajo de la europea, superando el 10%, muy lejos de Holanda (31%) o Bélgica (23%), según los últimos datos de Eurostat. Por lo tanto, avanzar será complicado si no lo hacen las empresas. Estamos en un mundo donde las previsiones apuntan a un incremento de más de dos mil millones de personas antes de 2050, de modo que habrá que pensar en sistemas avanzados de producción de alimentos para satisfacer estas necesidades. Mientras tanto, estamos hablando del abandono del campo por falta de estímulos, tanto para que los jóvenes se queden donde han nacido, como para que jóvenes nacidos en grandes ciudades sean atraídos por este, y este es otro de los grandes retos a abordar.
No podremos aspirar a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible sin una edificación y movilidad adecuadas que humanicen más las ciudades y se adapten mejor a las necesidades de los ciudadanos, sin olvidar, por supuesto, el resto de los criterios que deben seguir las ciudades inteligentes del futuro. La necesidad de un cambio de modelo energético hacia energías renovables ya no se pone en duda, sin embargo, aquí también será imprescindible un análisis profundo y un ejercicio de diálogo entre diferentes sensibilidades, todas ellas legítimas y necesarias, para diseñar un modelo que será un traje a medida para cada situación.
Con esta comparativa me refiero a compatibilizar la implantación de esas energías con la perseveración del medio natural que hace referencia tanto a la implantación de dichas energías en el territorio como en la necesidad de incrementar la extracción de materias primas para la fabricación de los diferentes componentes, sin olvidar los criterios de ecodiseño en lo referente tanto al mantenimiento como al tratamiento al final de su vida útil.
Partiendo de la base que es necesario no incrementar la temperatura más allá de los dos grados, no solo podemos respaldarnos en el cambio de modelo energético, ya que tan solo podría ayudar en un 55% a alcanzar este objetivo. El otro 45%, dependerá del cambio de modelo lineal actual al circular, implicando cambios de métodos tanto de extracción como de producción y consumo, o dicho de otra forma, a un cambio en todo el ciclo de vida de los productos. Dentro de los nuevos criterios de máximo aprovechamiento de los recursos está la minimización de los residuos y un tratamiento adecuado de los mismos. Y ahí se presenta un gran reto para toda la sociedad, dado que para evolucionar es necesario que se implique la sociedad desde todas las administraciones hasta los ciudadanos.
Estos objetivos serán difíciles de cumplir si no se apoya de forma decidida a los ayuntamientos desde el punto de vista financiero. Pasar de un reciclaje inferior al 35% y con criterios menos restrictivos que los que plantea la nueva ley o de más del 50% de vertido a un mínimo del 10% es una tarea realmente ilusionante a la vez que ambiciosa.
Desde la Fundación creemos que es posible, pero para ello será necesaria la implicación activa de todos los actores de la sociedad, desde las administraciones a todas las entidades públicas y privadas con la participación imprescindible de los ciudadanos.
Llegado este punto hay que decir que una persona concienciada, imprescindible para estos retos, debe ser previamente informada. Es fundamental que esa información sea suficientemente clara y concisa para hacer del ciudadano un cómplice implicado, convencido en la necesidad de ser un sujeto activo en la consecución de los objetivos marcados. Y eso es tarea de todos nosotros, administraciones y entidades como la fundación para la economía circular.
Las nuevas normas exigirán un incremento importante de los costes de gestión. Desgraciadamente nos encontramos con una situación sobrevenida debido a la pandemia que hace que la situación económica en los ayuntamientos sea, si cabe, más crítica.
Por todo ello es del todo imprescindible que se instrumenten mecanismos económicos que permitan a los ayuntamientos abordar esa responsabilidad con garantías de éxito. Mecanismos que deberían estar concebidos para evitar un incremento, en la medida de lo posible, de las tasas a los ciudadanos.
Con relación a este punto, decir que siempre es más barato y sostenible evitar la producción de residuos (medicina preventiva) que el tratamiento de estos (medicina paliativa).
Y con todo lo apuntado hasta aquí, entre otros, es lo que nos preocupa y ocupa a la Fundación para la Economía Circular.
Nuestra trayectoria es dilatada ya que nacimos hace más de 28 años como club español de los residuos y somos fundación con el nombre actual desde dos años antes que la comisión europea aprobará el paquete para la economía circular, marcando el punto de salida de todo este proceso a nivel continental. Desde el origen somos una entidad sin ánimo de lucro cuya única ideología es el rigor técnico y científico como se puede demostrar en los numerosos documentos y estudios que se han ido generando desde nuestros inicios. Pretendemos ser un foro de debate y de intercambio de ideas y propuestas para lo cual hemos venido realizando multitud de encuentros, jornadas y congresos. Siempre que se nos requiere atendemos a las llamadas tanto de instituciones públicas como privadas.
En 2020 presentamos un estudio titulado “Diagnóstico y escenario de cumplimiento de los objetivos de residuos municipales 2025, 2030, 2035”. Dicho estudio proponía toda una serie de medidas a aplicar para alcanzar los objetivos de la futura ley de residuos y suelos contaminados. En estos momentos estamos proponiendo otro estudio que tendrá carácter plurianual, que pretende hacer un seguimiento de los avances que cada región española está haciendo, proponiendo medidas correctoras que nos permitan llegar con éxito a los hitos marcados por la norma al que hemos denominado como “anticipa”. Debo decir que estamos muy satisfechos del eco que ha tenido la propuesta habiéndose sumado a ella un número muy importante de diferentes administraciones.